lunes, 14 de noviembre de 2016

Caminando, avanzando...

Qué bueno cuando vuelves a recordar las situaciones que te causaban dolor, los lugares, y esa persona que creías única en el mundo y que nunca podrías olvidar; ese tiempo en que todo se hundía a tu alrededor y pensabas que no había salida...

Qué bueno decía, que ahora al pasar por las mismas calles, o cuando algo o alguien te trae su recuerdo, te das cuenta de que ya NO duele, de que tus alertas no se disparan dentro de ti martilleando tu cabeza y acelerando tus pulsaciones, tus emociones están en CERO, estás en paz contigo mismo.
Y ahora ves esas, antes terribles imágenes, como escenas de una película en la que tal vez una vez fuiste el protagonista pero hoy eres un simple espectador y la verdad, esa película te aburre, la has visto demasiadas veces y ya no le prestas atención porque tienes otras cosas más interesantes que hacer y en que pensar.

Y se te escapa una, cómplice sonrisa mientras caminas sin reparar en nada ni nadie, hasta es posible que te cruces con esa persona y ni siquiera la veas, porque ya no la buscas.  Jaja!... aquellas barbaridades que pensaste y dijiste,  las lágrimas, la rabia, el daño, la decepción,... pensabas que nunca desaparecerían eh! y sin embargo ya no están, la película terminó y aunque sabes que habrá más películas también sabes que serás actor y espectador y que al salir del cine tendrás esa grata sensación de saber que… sólo era una película...

- Qué bueno dejar que el pasado por fin se convierta en la historia de tu vida y no en un obstáculo de tu presente.

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