Pisar el terreno yermo... hasta oir el crujir de las ramas secas.
Mientras el camino viene y va... gritando en mi soledad.
Estoy tras, el silencio,
de noches sin sueño.
Atrás, después del firmamento.
Donde todo es oscuridad .
Y en mi mente...
Tus palabras, susurros.
Y los sueños, besos.
Y tus besos, mis latidos.
Y mis latidos, tus suspiros.
Y miro, el horizonte, perdido.
Y me dirijo, con rumbo fijo a mi camino.
Porque, después de una batalla...
todo queda en un latido apenas audible....
Tu latido me llega
ResponderEliminarlos susurros, los sueños, los besos, todo nos vuelve a esos momentos felices del pasado, nos ayudan mientras la herida cierra, luego viene la luz y con ella la armonía, la tranquilidad que necesitamos en nuestra vida.
Besos Don Juncal, te cuidas